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El verano no es un buen momento para andar horneando, es verdad, pero a veces apetece darse un pequeño capricho, sobre todo si ese regalito culinario tiene un sabor buenísimo y nos puede aguantar varios días, como les pasa a estas galletas que hoy os traigo.

Son una galletas de mantequilla con un ligero hojaldrado que están estupendas y que una vez hechas nos dan la tranquilidad de mantenerse en perfectas condiciones a pesar del calor. Si las guardáis en una caja para galletas bien cerrada mucho mejor porque así no se resecarán tanto, y si las mantenéis (en su caja, para que no absorban olores) dentro de la nevera mucho mejor.

¿Preparados?, vamos con la receta!

INGREDIENTES GALLETAS DE MANTEQUILLA HOJALDRADAS. Cantidad para, aproximadamente, 15 galletas grandes:

  • 340 gramos de harina de fuerza
  • 1 cucharadita de sal
  • 2 cucharaditas de impulsor químico (tipo levadura Royal)
  • 150 gramos de azúcar glas y alguna más para decorar al final
  • 250 gramos de mantequilla sin sal congelada o muy, muy fría
  • 70 mililitros de agua helada

PREPARACIÓN

Preparamos dos bandejas de horno con papel sulfurizado. Precalentamos el horno a 175°, función ventilador.

1.- En un bol ponemos todos los ingredientes secos: harina, sal, impulsor y azúcar, removemos para que se mezcle todo bien.

2.- Cogemos el bloque de mantequilla y lo vamos desmenuzando poco a poco, para ello nos valdremos de un rallador, un cuchillo o  -como yo suelo utilizar-  un pelador que nos irá sacando pequeñas tiras. Al dejarla en trozos de ese tamaño podremos trabajarla después mucho mejor, si la cortáramos a daditos nos costaría más trabajo integrarla bien.

Galletas de mantequilla hojaldradas

3.- Ahora mezclamos con la mano(*), tenemos que trabajarla muy bien, ir añadiendo el agua en dos veces y amasando con energía para integrar todo perfectamente. Nos quedará una masa suave, lisa y de una consistencia pastosa, como una papilla bien espesa, debemos poder trabajarla bien con las manos, aunque también podremos meter la masa en una manga pastelera con una boquilla ancha (lisa o rizada).

4.- Vamos formando bolitas y colocándolas encima de las bandejas de hornear, si las queremos grandes (como en la foto superior) el tamaño de cada bolita será como el de una albóndiga. Para asegurarnos que hacemos todas del mismo tamaño podemos utilizar, por ejemplo, un sacador de bolas de helado.  Hay que dejar cierta separación entre ellas (no menos de 5 o 6 centímetros), porque en el horno se aplanan y expanden, y cuanto mayor sea el tamaño de cada bolita más separación debemos dejar.

5.- Horneamos, aproximadamente, 20 minutos. No deben salir muy doradas, y estar todavía ligeramente blanditas al salir del horno, luego se endurecen.

6.- Las dejamos enfriar completamente sobre una rejilla y una vez frías las espolvorearemos con azúcar glas por encima.

A disfrutarlas!

Y nada más por hoy, que tengáis un dulce día!!! 🙂  🙂

(*) Si queremos batirla con el robot de cocina pondremos todos los ingredientes secos primero, después la mantequilla y el agua y lo pondremos en marcha algunos minutos hasta que nos quede la masa con la consistencia deseada.