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Con lo complicada que es la vida en pareja y con ella lo difícil que resulta alimentar una ilusión durante toda una vida, lo complejo de intentar hacer feliz a otra persona cambiando parte de ti mismo/a, cediendo y/o siendo generoso/a cuando consideras que es necesario, me resulta un poco disparatado imaginarme parejas infelices haciendo «de tripas corazón» un día al año para cumplir con la tradición. Puede sonar un poco (o mucho) a demagogia barata, pero es absolutamente cierto que el amor, y hablo de cualquier afecto y apego (pareja, padres, hermanos, hijos, amigos,…) no es cosa de una jornada en el calendario.

Esto de dedicar únicamente un día al año, sea por el motivo que sea, me ha parecido siempre (y me sigue pareciendo) ilógico, pero también es verdad que si alguien me pide elaborar unas galletas para su «amorcito» pues no sé decir que no, en el fondo soy una blandita, lo reconozco :). La verdad es que dependiendo de la circunstancia puedo ver cierto sentido a una festividad como esta.

Javier es un amigo estupendo, una persona que se esfuerza por acostumbrarse a una nueva etapa: la de casado. Con sus días buenos  -y no tan buenos-  ha terminado por reconocer que en pareja no cabe el compromiso sino la responsabilidad, y que cuando esa persona especial aparece es lo mejor que puede ocurrirte en la vida. A Javier le cuesta exteriorizar lo que siente, cierto es que la práctica totalidad del año es un poco «despistado», aunque no le faltan pruebas de su amor. Pero cada 14 de febrero mueve cielo y tierra por decir a su «niña» todo lo que ella significa para él, y a mí eso me produce una tremenda ternura, porque sé que le supone un tremendo esfuerzo, dada su naturaleza a menudo reservada.

Ayer estaba muy apurado porque le faltaba algo, quería tener más detalles con su chica, así que me pidió ayudarle a elaborar unas galletas con corazón, y me puse a ello.  La verdad es que cuando alguien, en esa situación, piensa en ti para un detalle tan importante me supone una responsabilidad enorme, porque esperas corresponder como se merecen y no quieres equivocarte.

El resultado les ha parecido, a ambos, muy bonito, y el sabor es delicioso, espero que a vosotros os gusten también. Desde luego, en estas ocasiones merece la pena tener que posponer algunas cosillas pendientes 🙂

Os paso la receta de las galletas de San Valentín:

INGREDIENTES GALLETAS DE SAN VALENTIN (MASA PARA UNA DOCENA DE GALLETAS DE TAMAÑO GRANDE, UNOS 5 CM C/U):

  • 125 gramos de mantequilla algo reblandecida
  • 150 gramos de azúcar moreno de caña
  • 3 cucharadas de nata líquida
  • 1/2 cucharadita de aroma concentrado de algodón de azúcar
  • 225 gramos de harina de fuerza
  • Fondant (usé fondant, marca Funcakes, blanco sabor a marshmallows)
  • Colorante en gel, «pink», de Wilton, para los pequeños corazones
  • Brillo Pearl Dust Blanco (Wilton), para el acabado

PREPARACIÓN:

En un bol mezclamos la mantequilla junto al azúcar hasta obtener una crema. Añadimos la nata y mezclamos, el aroma concentrado y seguimos mezclando. Por último, agregamos la harina tamizada poco a poco. Cuando nos cueste trabajo manejar con la varilla mezclamos con la mano. Extendemos la masa con un rodillo, entre dos papeles de horno, la dejamos sobre una bandeja e introducimos en el frigorífico una hora (mínimo).

Precalentamos el horno a 190°, en función ventilador, de esta manera podremos hacer dos bandejas de galletas a la vez (200 grados si no tenemos esa función o si vamos a hacer las bandejas por separado), sacamos la masa de la nevera y le quitamos el papel de arriba. Cortamos las galletas con los cortapastas que queramos, colocamos sobre las bandejas donde vayamos a hornearlas e introducimos al horno entre 12 y 15 minutos.

Hay que dejar enfriar completamente antes de decorar con el fondant. Los corazones pequeños están hechos con un molde de silicona. El fondant (forma grande) está pegado a la galleta con un poco de glasa (no me gusta emplear agua porque la humedad afecta al sabor de la galleta) y los pequeños corazones van adheridos al fondant con una gotita de agua.

Por último se da una ligera capa de brillo en polvo, diluido en unas gotitas de limón. Espero que os salgan muy ricas!

Que tengáis un dulce día!!!  🙂 🙂 🙂