Las cosas, por sencillas, no dejan de ser útiles o -en el caso de un postre- no tienen por qué dejar de ser un exquisito bocado. Todos hemos tenido gratos recuerdos de las magdalenas o del bizcocho casero que nuestra madre nos hacía los domingos para merendar. Cuando nos lanzamos a la repostería, estos dulces suelen ser los primeros intentos, por básicos sobre todo, pero también porque con ellos sabemos que no vamos a fallar.
Hace unos días recibí un correo de una lectora muy amable que me preguntaba cómo elaborar un bizcocho muy sencillo, así que le di esta receta que ahora quiero compartir con todos vosotros y que espero podáis llevar a la práctica. Este bizcocho es rápido y fácil de preparar, pero sobre todo es de una textura jugosa, suave al paladar y de un sabor exquisito…
La clave de este bizcocho es que adquiere una textura muy ligera y esponjosa gracias a que montamos las claras a punto de nieve.
- 3 huevos tamaño XL o 4 huevos, tamaño M
- 250 gramos de azúcar blanquilla
- 1 cucharada de azúcar avainillado
- 125 ml de aceite de oliva suave
- 1 yogur de limón
- Ralladura de la piel de un limón (pequeño) o de medio limón (si es grande), con cuidado de no añadir parte blanca
- 220 gramos de harina
- 2 cucharaditas de impulsor químico (tipo levadura Royal)
- Azúcar glas (para adornar)
PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno a 180° y preparamos un molde (yo usé uno desmontable) untándolo con mantequilla y un poco de harina.
Comenzamos separando las yemas de las claras y montando estas a punto de nieve con una pizca de sal. Reservamos en la nevera. Batimos (con varilla manual) las yemas junto al azúcar hasta blanquear, añadimos el aceite y mezclamos, el yogur y seguimos batiendo hasta incorporar todo. Ponemos entonces la ralladura de limón y mezclamos bien. Incorporamos la levadura y, por último, poco a poco la harina tamizada. Para terminar, añadiremos las claras a punto de nieve, pero esta vez dejaremos la varilla y emplearemos una espátula para mezclar con movimientos envolventes, sin romper la esponjosidad de las claras pero incorporándolas bien. Con esto metemos aire a la masa y la volvemos muuuuuy suave.
Vertemos la mezcla en el molde e introducimos al horno, aproximadamente 30 minutos o hasta que al pinchar con un palillo este nos salga limpio. Dejamos enfriar completamente sobre una rejilla y decoramos con azúcar glas por encima. Y listo!. Como veis, en menos de una hora podemos tener hecho un delicioso bizcocho sin complicarnos mucho la vida y con el que acertaremos fijo. Os aseguro que no sobrará 🙂
Que tengáis un dulce día !!!!!!
Tiene que estar buenísimo. Yo tengo un problema con todos mis bizcochos, nunca me salen bien porque se me hunden por el centro, y ya he dejado de hacerlos porque es un poema verlos tan bonitos y luego se me chafan. ¿porqué me pasa esto?
Hola, Natalia1976.
El bizcocho puede hundirse por varias causas. Una de ellas, la más común, es por haberlo sacado del horno antes de que terminara de cocerse. También sucede que abrimos la puerta del horno antes de tiempo, entonces se nos hunde sin remedio. O puede suceder, incluso, que pongamos la temperatura muy fuerte, o que el molde no sea el correcto (demasiado pequeño, por ejemplo).
Como ves, hay varias circunstancias que provocan el problema que tienes. Estudia la posible causa para corregirlo y así seguir disfrutando de bizcochos caseros 😉
Saludos!
Gracias a ti, Paula
Me hizo mucha ilusión recibir tu correo y mucho más que confiaras en mi. Me alegro que te sirviera la receta! 🙂
Te envío un cordial saludo.
Muchas gracias por darme esta receta, está buenísimo. Es verdad que sale super jugoso, te lo puedes comer solo porque no es como otros que estan muy secos.
Tienes una nueva seguidora 😀
Saludos, Paula